Sor Adina Bălan, CJ, de Rumanía, es miembro de la Congregación de Jesús. Estudió Derecho Penal y Civil en 2006, tiene un máster en Comunicación y actualmente es estudiante de doctorado en la Universidad de Bucarest.

¿Cómo ha sido su experiencia en su compromiso contra la trata de personas?

En 2007 conocí por primera vez a una víctima de la trata de personas en una conferencia en Alemania. Era rumana y fue entonces cuando me introduje en este tema. Me conmovió su historia y me impulsó a escribir mi tesis sobre la trata de menores despertando en mí el deseo de hacer algo para ayudar a las personas que se encontraban en esa situación. En 2009 fundé SOLWODI Rumanía (Solidaridad con Mujeres en Apuros), una ONG especializada en trabajar con mujeres y niños víctimas de la trata de personas o la violencia doméstica.

Entre 2012-2019 fui miembro del grupo principal de RENATE (Religious in Europe Networking against Trafficking and Exploitation) y hasta 2020 he participado en la formación sobre liderazgo, empoderamiento de las mujeres, defensa, trabajo en red y en la redacción de declaraciones y procedimientos de políticas de salvaguarda y protección de menores, así como en el acompañamiento a las víctimas, probablemente la misión que más me toca de cerca.

¿Cuáles son sus compromisos actuales?

Actualmente trabajo en Roma, donde estoy asignada desde 2020 a un ministerio de nueva creación como coordinadora de JPIC (Justicia, Paz e Integridad de la Creación) a nivel congregacional, una misión conjunta en colaboración con el Instituto de la Bienaventurada Virgen María. También soy miembro del comité asesor del IBVM-CJ UN Desk, Nueva York, y miembro del Consejo Internacional de Pax Christi.

¿Cuáles son algunas de sus esperanzas en su nuevo servicio como representante regional de Talitha Kum en Europa?

Yo sólo represento una pequeña parte de la misión mundial en la lucha contra la trata de personas. Sin embargo, como representante regional de Talitha Kum en Europa, sueño con más reuniones internacionales para nuestros miembros, especialmente para aquellos que luchan contra este atroz delito en las zonas más remotas, y que a veces quedan al margen debido a las barreras lingüísticas. Espero que a través de nuestra defensa, sus voces, junto con las de las víctimas, puedan llegar a quienes procuran los cambios sistémicos necesarios y garantizan que se respeten los derechos y la dignidad de cada persona.

Al mismo tiempo, espero que los esfuerzos y prioridades de Talitha Kum, así como los de RENATE, la red europea, y los de otras redes e instituciones que trabajan en Europa contra la trata de personas sean lo suficientemente visibles en nuestros círculos, comunidades, iglesias y en la esfera pública. Nuestra colaboración pondrá de relieve cómo el trabajo conjunto para prevenir la trata de personas protege a las víctimas y cómo el enjuiciamiento puede ser un método eficaz para detener las redes de quienes destruyen generaciones de jóvenes mediante la explotación y otras formas de abuso.

¿Cuáles son, en su opinión, algunos de los retos a los que se enfrentan las redes de Talitha Kum en Europa en su lucha contra la trata de personas?

Para mí, los mayores retos a los que nos enfrentamos en Europa son la detección, la investigación y el enjuiciamiento. La trata de personas florece de un país a otro debido al retraso de los procedimientos y a que la atención se centra en las víctimas y no en los traficantes y en la legislación, lo que permite que los cuerpos de las mujeres se utilicen de las formas más abusivas y brutales en los burdeles. Esto es especialmente cierto en países donde la prostitución es legal y hay falta de información para los actores que interactúan con las víctimas potenciales, así como en la prevención.

También existen retos relacionados con la protección de las víctimas, principalmente en relación con la falta de servicios disponibles y de financiación continua. No puedo ignorar aquí la constante disminución de las congregaciones religiosas y la implicación de sus miembros en este ministerio, cada año más frecuente. Las congregaciones siguen mostrándose reacias a entrar en este campo del ministerio.

¿Qué significa para usted formar parte de Talitha Kum?

Me vienen a la mente tres puntos que se basan en los pilares clave de la sinodalidad: comunión, participación y misión. Me veo construyendo sobre ellos a través de: compartir lo que he aprendido y experimentado en este ministerio hasta ahora; escuchar las necesidades de los miembros y tratar de responder y explorar buenas prácticas, nuevas amistades y colaboración.

18 de abril de 2023