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Trata de personas y migración en Centroamérica y México
Hna. Carmela Gibaja, SAC – RED RAMÁ
Centroamérica - México es una Región de origen, tránsito y destino de Trata de personas; cada país con características específicas. Esto se debe, entre otras cosas, a su ubicación geográfica entre el norte y el sur de América. Cada día, miles de personas, sobre todo de los Países Centroamericanos, circulan por la Región con el propósito de llegar a los Estados Unidos, atravesando México. De ahí que Trata de personas, en la Región no se puede desvincular del fenómeno de la migración irregular.
En el camino para querer llegar a los Estados Unidos de América, muchas personas, en particular mujeres y niñas, caen en la REDES de Tratantes y traficantes, y terminan siendo víctimas tanto en el tránsito como a su llegada. En particular Guatemala, México Estados Unidos y Belice son países de destino de Trata para muchos y muchas centroamericanas. Las fronteras Guatemala-Chiapas (Sur de México) y Panamá-Costa Rica, al igual que las fronteras México-Estados Unidos son de alta vulnerabilidad para la Trata de personas, en particular bajo la modalidad de explotación sexual
Durante años, la Región ha sido de alta incidencia en migración irregular, algo que se ha acentuado en los últimos años. Son muchas las causas que ocasionan tanto el fenómeno de la migración irregular como del delito de trata de persona. Entre otras causas se pueden señalar: los altos índices de pobreza en la mayoría de los países de la Región centroamericana, la vulnerabilidad geográfica y ambiental, las guerras internas, la violencia tanto al interno de las familias como a nivel social…
México, paso obligado hacia los Estados Unidos, tiene de 15 a 20 zonas con una alta incidencia en la comisión del delito de trata de personas y cuatro grandes rutas para traficarlas. La mayoría responden a lugares de frontera o a ciudades turísticas. El incumplimiento por parte de México, de protocolos internacionales en la materia y los cambios constantes en sus estructuras delictivas, permiten que las redes de tratantes operen con relativa facilidad. Esto, unido al endurecimiento de las políticas migratorias de Estados Unidos y México, provoca un mayor riesgo para las personas que deciden salir de su país.
Por ilustrar de alguna manera el fenómeno migratorio, según la Dirección General de Migración y Extranjería de El Salvador, durante el año 2015 fueron deportados desde México 30,405 salvadoreños y salvadoreñas, de las cuales, 5,674 fueron niños y niñas. Aquí habría que añadir los deportados de Honduras y Guatemala. Por otro lado sabemos de los miles de desaparecidos en su paso por México. Según un pronunciamiento reciente del Servicio Jesuita para Migrantes de México y Centroamérica y la RED de Documentación de las Organizaciones defensoras de Migrantes, “en el país hay más de 26 mil personas desaparecidas y más de 102 mil asesinatos que continúan impunes”. Por otro lado, en Guatemala al menos 15 mil niños y niñas son víctimas de redes de Trata con fines de explotación sexual de acuerdo con las estimaciones de la ONG Casa Alianza; y esta misma ONG ha identificado en la ciudad de Guatemala, más de 2,000 niños y niñas entre 8 y 14 años sexualmente explotados en bares y casas de masajes, procedentes de países centroamericanos, Se Calcula que los “mercados” Guatemala-Chiapas, Panamá-Costa Rica hay alrededor de 1500 víctimas al año.
Estas alarmantes cifras nos muestran la grave situación de violación a los Derechos Humanos que se vive en esta Región, los riesgos a lo que se exponen quienes deciden emigrar hacia Estados Unidos, donde es frecuente que muchos y muchas caigan en las redes de traficantes y tratantes de seres Humanos.
Como bien denunció el Papa Francisco en reciente visita pastoral a México: “Aquí en Ciudad Juárez, como en otras zonas fronterizas, se concentran miles de migrantes de Centroamérica y otros países, sin olvidar tantos mexicanos que también buscan pasar al ‘otro lado’. Un paso, un camino cargado de terribles injusticias, esclavizados, secuestrados, extorsionados, muchos hermanos nuestros son fruto del negocio del tráfico humano, de la trata de personas”. “…Esta crisis que se puede medir en cifras, nosotros queremos medirla por nombres, por historias, por familias. Son hermanos y hermanas que salen expulsados por la pobreza y la violencia, por el narcotráfico y el crimen organizado. Frente a tanto vacíos legales, se tiende una red que atrapa y destruye siempre a los más pobres”
La RED RAMÁ-Talitha Kum, queremos fortalecer nuestro trabajo en este campo, unidas a tantas otras hermanas y hermanos, a organizaciones de la sociedad civil que trabajan a favor de los migrantes y de los Derechos Humanos y aportar de una manera más eficaz en la prevención de esta problemática; así poder responder a la llamada de Jesús y de la Iglesia a ser “profetas de la misericordia”.